domingo, 5 de octubre de 2008

Nantes

Hace cuestión de 3 semanas tuve una visita muy esperada: el Señor Lobo. Su aventura francesa fue la segunda parte de un viaje que empezó en Suiza y terminó en Sevilla, pasando por supuesto por su querida Zamora natal.
Durante su estancia aquí hicimos mucho turismo, empezando en primer lugar por Nantes.

Fue el 11 de septiembre, aún no había empezado las prácticas. Mi obligación aquella mañana era encontrarme con el resto de estudiantes para asistir a una reunión donde nos explicarían el funcionamiento de la universidad, sus servicios, etc. Tras ésta sólo tenía dos importantes objetivos: comprar parches para la bici y no perder el tren que me llevaría a Nantes. Objetivos cumplidos.

Como de costumbre, el avión llegó con retraso, con tanto que al final nos cerraron los lugares donde podíamos cenar, aunque fue un mal menor, solventado en parte por las patatas fritas de máquina que nos compramos y por el chocolate que Fer me había traido de Suiza.

El viernes comenzó nuestra jornada de visita a Nantes con el pequeño inconveniente de que las taquillas de la estación estaban cerradas (porque no funcionaba el detector) y nos tocó llevarlo todo encima. He de decir que tenía grandes espectativas de la ciudad, había leído toda la historia que venía en el trotamundos, pero cuando terminé sentí como si le faltara algo, aunque no sé bien de qué se trata.

Una de las visitas que más nos gustó a ambos fue la catedral, restaurada tras un incendio en 1972, es una nave grande, con mucha luz, que transmitía tranquilidad. Dentro de ella me sorprendió un sepulcro (Francisco II y Margarita de Foix) que se hallaba rodeado con cuatro estatuas femeninas que ensalzaban valores y entre ellas me llamó la atención la de la voluntad, importante valor.




A nuestra salida de la catedral nos dirigmos a un encantador jardincillo trasero (routard dijo) que realmente estaba abandonado y olía a pipí de gato. Reposamos en un banco y nos dirigmos al castillo. No entiendo muy bien por qué cuando restauran aquí lo dejan tan nuevo. Me explico. El castillo ha sido restaurado y teniendo en cuenta que ya fue destruida una parte del original para realizar una ampliación, si además lo restauras y aplicas una capa de masilla que a la vista parece titanlux plástico el encanto desaparece. Aun así estuvo bien eso de subir y bajar escaleras, rodearlo por toda la corredera exterior y no poder evitar escupir al foso sacando la cabeza entre dos almenas, jeje.


Superada la etapa castillo titanlux paseamos por las calles céntricas, siempre con nuestra guía en la mano, levantando la vista hacia los edificios destacados y buscando caras por las fachadas. Pausa para comer en un bar amado por los estudiantes y de decoración un tanto excéntrica: miles de lámparas de todos los tipos y colores, Playmaobiles de gran tamaño, Calimeros colgados del techo, el cohete de Tintin, frases célebres enmarcadas por las paredes... buena comida, buen trato y precio adsequible.

Con paso algo más lento nos dirigimos a uno de los lugares más recomendados: Le Passage Pommeraye precioso pasaje comercial donde predominaban el hierro y el cristal (y tiendas caras). Ha sido escenario de varias películas y es una de las atracciones turísticas principales de la ciudad.



En el camino hacia la galería nos encontramos otro de los lugares que más nos gustó. Llovía y estábamos recién comidos, pero no pudimos evitar pararnos en la Place Royale a admirar su fuente. Compuesta por múltiples estatuas, que de un modo u otro expulsan agua, ésta representa al Loira y sus afluentes.


Segumimos caminando guiados por el trotamundos, vimos el teatro central y justo en frente "La Cigale", un café, aunque también hace las veces de restaurante, donde los burgueses llevaban a sus queridas a la salida del teatro. Es famoso por la decoración de su interior, todo en madera tallada, adornada con azulejos y espejos. Un lugar realmente encantador para tomarte un café, aunque el precio sea algo elevado. Nosotros, como buenos burgueses, nos tomamos allí un café (Fer un chocolate) e hicimos excursiones al baño para poder observar todo el interior bajo la mirada de señoronas arregladas horrorizadas por el color verde chillón de mi forro polar. Como nota final me gustaría decir que la traducción del nombre al español no es la cigala como todos pensamos, sino la cigarra.

Ayudada por la cafeína continué la visita que nos condujo a uno de las grandes decepciones del día cuando los mosaicos de la fachada de cierta casa en el nº 10 de alguna calle resultaban ser más bien una cenefa de la cual no entendimos muy bien el valor que podía tener, era sencillamente horrible.

Tras pasar por el museo de historia natural, el arqueológico (sólo por fuera, el tiempo apremiaba), la antigua bolsa (convertida actualmente en un Fnac...) fuimos hasta la isla de Feydeau. Esta es la zona pintoresca de la ciudad, según el trotamundos. Estaba antiguamente rodeada por el río, ahora lo está por dos grandes avenidas llenas de coches. Además de unos curisos balcones sobresalientes de la fachada para aprovechar el espacio y una pelea, pudimos contemplar la casa de Julio Verne.




Tras un descanso muy necesario nos dirigimos de regreso a la estación e hicimos tiempo en el Jardín Botánico, muy cercano a ésta. Allí encontramos toda clase de árboles, por supuesto, pero creo que una de las partes que más nos gustaron a ambos fueron los millones de cactus (y los servicios). También descubrimos un pato rockero, tenía el plumaje multicolor y cuando se acercaba a la hembra desplegaba una cresta sobre su cabeza, un cachondo en definitiva. Además en el parque había estatuas realizadas con plantas, muy curiosas. Por supuesto también nos llovió en el parque mientras mirábamos un cultivo de plantas medicinales.



Como todo viaje fue cansado, pero creo que mereció la pena intentar conocer Nantes en un día. Una ciudad de la que no os contaré la historia, pero que fue un importante puerto durante siglos y es la ciudad que acoge la fábrica de galletas LU que tiene delicias como las pim's. La ciudad también tiene su parte de historia negra al haber sido durante décadas unos de los puertos más importantes en la trata de esclavos.

En definitiva, un buen paseo, cansado, muy cansado, descubriendo preciosidades y engaños de una ciudad.

3 comentarios:

Carmen dijo...

Qué bueno Alba! Me parece genial tu blog...y que sigas igual de charlatana, pero ahora por escrito. mucha informacion, mucha, así conocemos un poquito de francia contigo. cuidate mucho!! un besazo!! Hemos recibido al Lobo sano y salvo, lo cuidaremos bien.

javierpadillab dijo...

Un artículo en el que cuentas que has estado de turisteo con Lobo y no sale él en ninguna foto...¿estás inventándote que has ido con Lobo para captar el interés femenino (y de Andrés) por el blog?
Lobo ahora hace cosas raras, creo que está empezando a hablar en moro...
le haremos un seguimiento de cerca...
sigue bien!
Javi

Alba dijo...

Me has pillado, sólo quiero poner celoso a Andrés. Y cuando hable moro nos iremos de turismo y tampoco saldrá en las fotos...