viernes, 12 de febrero de 2010

Arequipa 2

Esta mañana no era persona, había ya luz y ruido pero seguía metida calentita en la cama con mi pelo lleno de confeti. Agarré fuerza y me fui a la ducha. Desenredarme el pelo después de una semana sin peinar y con confeti fue aún más difícil que levantarme.

Empecé la visita turística yendo al monasterio de la Recoleta. Al pasar por el Puente de Grau pude ver el Misti (el volcán de Arequipa) me hice algunas fotos aunque creo que no se aprecia muy bien porque andaba algo nublado.
El monasterio era bonito, pero no demasiado interesante en comparación con el del día anterior. Lo único que hacía que la visita mereciera la pena era una enorme biblioteca de dos pisos colmada de libros antiguos y donde olía a libro viejo. Los había de dierentes tamaños, grandotes y pequeñines aunque los temas eran básicamente religiosos.

Al salir de allí me dirigí al mirador de Huacayana, donde hay una hermosa plaza y desde donde, en los días que no está nublado hay una vista maravillosa del Misti. No tuve suerte, apenas se veía, pero igualmente me hice la foto, ya después le pongo el volcán con el photoshop.
Bajando la colina sentía como mis riñones sintetizaban EPO a toda leche, sí señor. Para ayudar me paré en bardecomidaperuananoguiridondecomenlosperuanosbarato y comí rico rico.

Entonces me entró la inspiración, "mi pelo está mal" me dije, quería ver cómo son acá las peluquerías. Me fui en busca de una y entré en una galería donde los peluqueros te atacan como los taxistas:10 soles el corte (2.5€), perfecto, me dije. Entonces le indiqué que me cortara las puntas y la señora me dijo que yo tenía muchísimo pelo. Cogió tres tipos de tijeras y empezó como Eduardo Manostijeras, cuando terminó....... SÓLO LAS PUNTAS!!! Me había dejado la melena a la mitad, había más pelo en el suelo que en mi cabeza. Oh Dios, definitivamente las peluqueras hablan una especie de esperanto que sólo ellas entienden. Me sentí como ese caniche al que le quitan sus ricitos y le dejan un ponpón en el rabo. Pero todos sabemos que entrar en una peluquería es como subir a un avión, no sabemos si la cosa saldrá bien pero ya no hay marcha atrás. De todos modos sigo siendo una mujer bella. Espero, además, que tener media melena y menos rubia haga que me digan menos cosas por la calle y dejen de silvarme como a un caniche.

Tras eso llevé a arreglar mi cámara pero me querían cobrar mucho y yo tengo ya mi truco de empujar con el dedo y si no funciona yo la acaricio con la dulzura que me caracteriza y el objetivo se acojona y se mete solo. Lo peor de la tarde ha sido escoger el tour del Colca (el canón más profundo del mundo, mucho más que el famoso cañón del colorado) No quería hacerlo sola así que he tenido que ir de agencia en agencia viendo que me ofrecían hasta que he encontrado una que me convencia. Ufffff A mi burro a mi burro le duele la cabeza, el médico le ha dado jarabe.....

Me iré pronto a dormir porque me recogen a las 8h y además me llegaron a la habitación una chilena y una inglesa simpáticas, a ver qué tal.

3 comentarios:

lobobailon dijo...

No quiero fotos de ningún paisaje, sólo de tu nuevo corte de pelo!!!
Pero como te fías? Sólo te puedes fiar si te lo cortas como Andrés, que hay poco margen de error!

Pili dijo...

Rubiaaaa,que seguro que sigues estando iwal de wena!!!

Pili dijo...

Alba, al Lobito y a mi no nos dirás que no te leemos, eh??Vaya seguimientoooo!!^^