miércoles, 10 de marzo de 2010

Potosí

Clavándome un dedo y gritando con voz dulce "boletooooo" me despertó el chico del bus, gracias a Dios estaba en Potosí. No sé cómo había dormido en aquel bus en el cual mis piernas estaban estiradas en el pasillo y todos me pisaban cuando pasaban. Creo que el agotamiento del tour de salar me fue de gran ayuda. Medio dormida salí del bus y se me echaron encima 1500 taxistas diciéndome precios y alojamientos. ¡qué locura! Intenté centrarme un poco y hablé con un joven que me propuso precios coherentes y me llevó en su taxi junto con su señora y su churumbel. Como estaban de huelga lo del alojamiento estaba complicado y terminé en un sitió bastante cutre aunque el señor fue muy amable conmigo.

A la mañana siguiente me dirigí a primera hora a la Casona, donde había hecho reserva y tenía que llegar antes de las 12pm. Cuando llegué..... ya no tenía reserva. El chico me dijo que como no había llvado mi mochila.... La cuestión es que yo le había preguntado si podría dejar allá mi mochila si llegaba temprano por la mañana y me dijo que sí. De ahí lo extrapoló a que al no haber dejado mi mochila ya no iba. Me enfadé un montón porque tuve que ponerme a buscar de nuevo alojamiento ya que a ellos no les quedaba nada. Después de un buen rato subiendo y bajando por Potosí, y justo antes de ir a liársela al del hostel por ser tan corto, encontré un alojamiento 10 bolivianos más caros pero en habitación individual. La señora era muy amable. ¡¡Y estaban allí mis amigos japoneses!! Tuve que ayudarles en la traducción porque la señora no hablaba inglés ni ellos español.

Tras recoger mi equipaje de La Casona, comí de maravilla en el restaurante de enfrente al Felimar (mi nuevo hostel). Ensalada, sopa, plato principal, bebida y postre por 1€. Lo que más me gustaba era que no había ni un sólo turista sino autóctonos. En la tele hablaban de la huelga y de los excesos de los piquetes. Me llamó muchísimo la atención cómo un grupo de conductores sostenía a otro mientras un tercero lo azotaba con un cinturón.... ¿todo esto por no poder conducir ebrio? Me parecía una verdadera salvajada.

Como sentía que debía despejarme un poco tras mi enfado matutino, volví a mi habitación y me vi una patética peli gringa de un desgraciado parecido a Ted Mosby que buscaba su pareja ideal, totalmente vomitiva. Al menos me ayudó a conciliar el sueño y dormí durante horas.

El resto del día lo dediqué sencillamente a buscar un buen tour a las minas, aunque básicamente me dirigí a la agencia que me habían recomendado unos argentinos. Ya con mi tour comprado paseé tranquilamente por la ciudad disfrutando de sus edificios y de la luz del atardecer hasta que la noche me devolvió a mi habitación a terminar viendo casualmente "Broke back mountain" (que aquí se llamaba "secreto en la montaña")

1 comentario:

lobobailon dijo...

Joer, es que los conductores tienen razón. ¡¡¡¡EVO DICTADOR!!!! ¡¡QUEREMOS CONDUCIR BORRACHOS!!