viernes, 5 de marzo de 2010

Uyuni ¿descuento por estudiante?

Tras mi desastrosa llegada a Uyuni decidí dormir hasta que diera mi cuerpo y eso hice. Las lluvias habían estopeado las estructuras de este pequeño pueblo, no había agua corriente y la luz hacía lo que podía.

Este pueblo tiene una vida relativamente joven y es un efecto colateral de la guerra del Pacífico. Como los chilenos sintieron atracción fatal por el guano y el salitre y le metieron una patada a la frontera hasta un poco más allá de Arica pues Bolivia se quedó sin su salida al mar, entonces la mercancía tenía que llegar hasta Chile para salir por mar. Como la distancia estonces se hacía mucho mayor se realizó este ferrocarril. Bueno, eso dice la guía, aunque en realidad parece que se dirige a Argentina hasta Villazón. En medio camino de este ferrocarril se creó la ciudad de Uyuni. Las rutas por el famoso salar y el parque de Eduardo Avaroa han hecho que esta ciudad sea el campamento base de cientos de turistas y que la calle que se dirige desde la estación hasta la torre del relloj (Arce) sea un hervidero de mochileros, restaurantes con anuncios en ingles, internet y agencias de viaje. Lógicamente, a pesar de ser un pequeño pueblo, es mucho más caro que La Paz.

Tras un desyuno cutre, nada fortificante, empecé mi ruta por las agencias. Según contaba la guía había un bar en el que había un ranking hecho según las opiniones de los turistas que volvían del Salar, no contaba con mucha popularidad entre las agencias, pero existía. En vano lo busqué calle arriba y calle abajo, sincermente creo que al dueño lo "invitaron" a cerrarla o incluso s irse. Mi mayor sorpresa fue que muchas agencias o estaban cerradas o entrabas y sólo había un televisor gritando. Aquí es bastante normal eso de irse de la tienda o la agencia y dejarla abierta, ni siquiera cartelito de "vuelvo en 5 minutos", nada. El precio medio andaba por 600 bolivanos (unos 60€). Yo era pesada y preguntaba cada parada, cada condición, el modelo del carro, los tipos de comida, el descuento que me hacían....

Tras un par de horas me dolía la cabeza, me había hecho una especie de tabla pero ya lo mezclaba todo.... me fui a comer. Tras reposar mis ideas decidí declinarme por una que aunque no era la más barata era la más segura y en la que menos habían intentado tangarme. En este caso la seguridad y la confianza ganaron la batalla.

Por la tarde me fui a internet y volví a tener bulla. Mientras cargaba fotos y escribía entradas la luz se fue. Estoica me fui a un banco a anotar ideas en mi cuaderno. Al salir del ciber le pagué al señor la hora que había estado en internet (4 bs). Cuando abrió de nuevo volví y me dijo que eran 7, me pareció mucho para el tiempo que llevaba. Entonces vi que el reloj del ordenador que controla el tiempo de conexión marcaba inicio 16h y dos horas de funcionamiento. Le expliqué al hombre que el contador había seguido corriendo, él me decía que eso se bloqueaba automáticamente. Le dije que me explicara cómo, si se había bloqueado, mi ordenador marcaba 2h de consumo con inicio a las 16h y eran las 18h. Él se enfadó, como si quisiera engañarlo, me faltó hacerle un esquema, pero no sé si no lo entendía o no quería entenderlo. Al final, de nuevo, le dije que no se preocupase, que aunque él no tenía razón yo le pagaría. Eran sólo 3bs (30 cts) pero no era el dinero, sino el hecho. Él me engañaba y se hacía el engañado. No sé, no me parecía una cuestión cultural sino puro sentido común.

Para mejorar la situación en las agencias que indicaban que se podía pagar con visa realmente no era así, de modo que solté casi todo el dinero que llevaba encima. Mi visita al cajero fue decepcionante porque estaba fuera de servicio. Me quedaba justo dinero para entrar en el parque natural, comprar agua y poco más. Así que para la noche me busqué un bar-turista donde pude pagar con tarjeta, aunque les quedaba la mitad de lo que figuraba en la carta. Como ya no podía comer más pollo pedí unos spaguettis-roqueford (lo más barato). Así sí, pagué con mi Visa, pero..... un momento ¿no me piden el código de seguridad? NO, señores aquí las visas no necesitan código, así que la tengo muy muy bien guardada porque si la pierdo, alguien la encuentra y quiere comprarse una pantalla de plasma para ver el mundial, ha triunfado.

3 comentarios:

lobobailon dijo...

Cinco entradas de golpe... casi mejor poquito a poco, Alba, que es una paliza!!!
Por cierto, se me están quitando las ganas de ir a Bolivia, timándote a diario.
Disfruta de la soledad, que cuando lo piensas luego, son momentos muy bonitos.
Besos

Alba dijo...

Es que no siempre tengo tiempo para internet. Lo bueno del blog es que cada uno puede leerselas a su ritmo, ya veo que el tuyo es a lo bestia GAÑAAAAAAAAAAAAAAANNN

Anónimo dijo...

Es q Fer y yo somos un poco agonias Alba, comprendelo...jajaja