martes, 13 de abril de 2010

CUSCO: Día 6

Confirmada mi gastroenteritis debida probablemente a la hamburguesa de pollo, ya que sólo las que la habíamos comido la padecíamos, no tenía muchos ánimos para ir de visita, pero ya había confirmado el tour y pensé que podría realizarlo.

Por la mañana muy temprano acompañé a la mamá de Yojhi a entregar unos documentos a la facultad, que se encuentra en la misma plaza de armas, así pude visitarla. Luego me tocó esperar en la puerta de la catedral a que llegase el tour. Tras 40 minutos de espera ya estaba dispuesta a irme a la agencia a reclamar cuando apareció la furgoneta y la cabeza de Arístides por la venmtana gritando mi nombre.
Esta vez el grupo era nacional pero aburrido formado por un matrimonio de Piura bastante desgastado y dos limeñas considerablemente tontas.
El tour es el conocido como "Valle Sur"

El primer destino fue Tipón, una construcción inca en terrazas pero rodeadas por conducciones de agua. A simple vista ya asombra, pero tras las explicaciones de las técnicas usadas es aún más sorprendente. La roca utilizada en las caídas de agua es tan dura que, a pesar de llevar cientos de años el chorro cayendo, la roca no está erosionada. Las terrazas centrales estaban limitadas a ambos lados por canales de agua que caían de un nivel a otro en cascadas cuya velocidad se controlaba por el ancho del canal y porque justo antes de la caída éste tenía una pequeña desviación que frenaba el agua. En lo más alto había unas terrazas zigzageantes, como el rayo o como los dientes del puma. Más allá de éstas había una fuente que era desde la cual se distribuía el agua al resto de canales. De un caño se abría a dos canales que terminaban en dos fuentes de diferentes formas, representando la dualidad tan importante en el mundo inca, de allá terminaba en cuatro caños donde todos nos apilábamos para hacernos la foto.
Se trataba de un sitio de recreo y purificación y aún hoy la gente de los pueblo cercanos va allá a purificarse con el agua, que no a lavarse.
Durante la visita tambioén vimos muchas plantas medicinales, como una moradita que va muy bien en la cicatrización de heridas para el pie diabético o una flor con forma de zapatito que se utiliza para el susto de los niños. ¿Qué es el susto? Dudo que pueda explicarlo bien porque es un concepto que no he llegado a comprender exactamente. Se supone que cuando un niño llora mucho está asustado y eso puede ser porque lo han ojeado, entonces tienes qye hacer una bebida con esta planta para que al tomarla se le quite. A mí me parece que cuando un niño llora puede ser por tantas cosas que una sola planta no puede solucionarlas, pero aquí es una creencia popular fuertemente arraigada.

El segundo lugar que visitamos se trataba de una ciudadela pero esta vez no era inca sino Huari (o wari) que fueron unos de los grandes predecesores de los incas junto con la cultura tiawanaku. Aún están excavando por lo que no resulta tan magnífico como otros lugares y no mucha gente visita el lugar. La diferencia de la construcción es clara a simple vista. Una gran muralla rodeaba toda la ciudad ya que era un pueblo bastante guerrero, de ella queda sólo un pequeño muro. Las casas están construídas en una piedra roja y de pequeño tamaño diferente a todo lo que había visto hasta el momento. Las casas no tenían salida directa a la calle, sino que éstas últimas eran sólo muros, con una entrada central desde la cual se accedía a los hogares. Actualmente sólo vemos piedra, pero todas las paredes estaban cubiertas de yeso y pintadas. Aquí es donde se encontró la colección de 40 soldaditos o pequeños hombres realizados en turquesa que se exhiben en el museo inca.

La última parada la hicimos en la Iglesia de Andagualillas o la capilla sixtina de América. Es una pena que no se le puedan hacer fotos porque era realmente curiosa. En sus paredes había representaciones de la vida que te lleva al infierno y la que te lleva al cielo, que fueron utilizadas por los evangelizadores y donde observé que voy de cabeza al infierno, sin duda. A lo largo de la nave hay frescos, muchos pintados encima de otros, donde el barroco mestizo y la mezcla de simbología llaman especialmente la atención, mucho más que el pan de oro que brilla al fondo, en el altar. Éste, recargado hasta límites insospechados, me recordó al que había observado en Chinchero, ya que conjugaba también detalles como espejos venecianos, columnas francesas y barroco español. Esta iglesia fue construída allá por el 1600 antes que el pueblo, fue usada para crear una población a base de los habitantes de aldeas cercanas que se encontraban muy dispersas y resultaban difíciles de evangelizar. Una vez reunidos todo fue más fácil.

Tras unas galletitas en la plaza del pueblo mientras intentaban venderme artesanías y yo me hice amiga de un perro volvimos a la ciudad. Allá me encontré con Lis y como ya estaba mucho mejor, de hecho tenía mucha hambre nos fuimos a comer pasta. De allá cruzando los dedos nos fuimos a Perú Rail en busca de un pasaje a Machi Pichu.

La idea en un principio había sido hacer camino Inca, pero algunos lugares no estaban caminables y además me informaron de que los cupos estaban saturados. Dado mi estado físico pensé que sería agraciada si conseguía visitar la ciudadela independientemente del método de transporte utilizado, al fin y al cabo llevaba un mes conociendo gente que no ´había podido visitarla.

Cuando llegamos había mucha gente. Me sorprendió saber que Perú Rail no es una empresa peruana sino británico-chilena, es decir, que todo el dinero que sacan con los viajes de los turistas, que por cierto son bastante caros, se va fuera del Perú. Una lástima, pero eso son las cosas que descubres en Perú que te hacen enfadar pero no tienes nada que hacer.
El billete que me ofrecían, además de ser bastante caro (unos 100€) me dejaba poco tiempo para visitar Machu Pichu, así que fuimos en busca de Yojhi que tenía un billete con una amiga.
Como no la encontramos nos fuimos de paseo a un centro comercial que se llama el Molino donde sus papás tienen una tienda. A la salida unos pasteles nos llamaron a gritos y tuvimos que comprarlos. Estaban buenos pero me parecían poco dulces, Lis dice que los europeos le empalagan. Definitivamente nuestros paladares son contrarios.

Nos recogimos y en la noche, tras recoger a Adriana en el hotel y tomarme un arroz con leche de la famosa señora de la plaza de San Blas, nos fuimos a una discoteca llamada "La Rústica". Yo no me encontraba muy bien, así que me pasé la mayor parte del tiempo sentada observando la pista de baile. Por un momento me animé, pero enseguida fui el centro de atención: rubia, alta y delgada. Como me sentí incómoda volví a mi sitio, aunque me sacaron a bailar de nuevo y tuve que hacer el paripé hasta que le dije a Yojhana que estaba muerta y necesitaba dormir.

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