martes, 20 de abril de 2010

CUSCO: días 7 y 8

El primer fin de semana que pasé en Cusco fue lo menos turístico que he hecho hasta el momento. Tras tanta visita durante la semana necesitaba reposar. Me levanté tarde el sábado en la mañana y permanecí todo el día en la casa enredándome con el ordenador.

Ya en la noche nos dirigimos al bar de los chicos porque era el cumple de "El Chino" (aquí no hay grupo de amigo que valga como no haya un chino). En el bar les pedimos algo de cena y nos dieron cremita de espárragos y ron, cena extraña pero válida. Allá estuvimos de cachondeo y, tras dejar algunas frases célebres en la pizarra del bar tipo "teta que mano no cubre no es teta sino ubre y teta que no cubre mano no es teta sino grano", lo abandonamos, yo admirada por las risas que provoqué.

La siguiente parada fue en una discoteca llamada "Don Diablo" o DD para los amigos. No pregunté de dónde provenía el nombre pero creo que debe ser por el calor infernal que allí hace. Estaba a punto de desnudarme, pero lo de ser rubia y alta en una discoteca peruana es más un inconveniente que una ventaja. Bailamos hasta más no poder y ya, medio deshidratadas, volvimos temprano por la mañana. Yo estaba encantada de poder salir por los lugares autóctonos y no por bares para gringos donde se escucha Red Hot Chili Pepers (están muy bien, pero en Perú, ¡¡¡Grupo Cinco!!!). Las chicas me sorprendieron mucho porque en Francia salían tan poco que mi mente no podía imaginar su capacidad de fiesta.

El domingo fue un día para borrar de la memoria. Al despertarme comprobé que mi gastroenteritis no se había curado sino que, por el contrario, había empeorado tras la noche de farra, obvio. Así me encontraba enferma y resacosa. Apenas podía moverme de la cama y si lo hacía era sólo para ir al baño. Fue de esos días en los que te sientes tan sumamente mal que sólo quieres estar en tu camita y no quieres nada con nadie pero te entran ganas de llamar a mamá. Dormía, me despertaba y veía algo en la tele aunque sólo aguantaba unos minutos porque las películas eran bastante malas. Yojhana por el contrario decidió seguir de fiesta todo el día con sus hermanos y de vez en cuando venía a ofrecerme una cerveza y entonces no sé con qué cara le miraría. Sin salir en todo el día más de 5 minutos de la cama volví a dormirme.

No hay comentarios: